Sexólogos y urólogos alertan de que los jóvenes los compran para usarlos de forma lúdica los fines de semana, pese a no tener disfunción eréctil
Miedo a no cumplir las expectativas en la cama. Querer prolongar las erecciones 24 o 36 horas tras ingerir alcohol. Imitar ciertas actitudes de la pornografía. Sexólogos y urólogos coinciden: los jóvenes cada vez compran más fármacos y productos para la disfunción eréctil, pese a no tener problemas de erección. El citrato de sildenafilo, el componente de la popular Viagra, o el tadalafilo, de Cialis, son solo unos ejemplos. “Los productos inhibidores de fosfodiesterasa se vendían antes para problemas de erección y era algo tabú, ahora se venden más como un ingrediente lúdico entre los jóvenes”, explica Myriam Ribes, sexóloga y ginecóloga en el Hospital Mateu Orfila de Menorca.
Causas de este incremento
Para Jorge Turó, urólogo en el Hospital Puerta de Hierro, el consumo desmedido de estos productos se debe a varias razones. “Principalmente se usan con fines recreativos y para contrarrestar el efecto de las drogas y el alcohol que dificultan la erección. Otras veces, los jóvenes, aunque no sufran una disfunción eréctil, compran por internet moléculas como tadafilo, cuyos efectos duran hasta 36 horas, para seguir de fiesta más tiempo y poder tener sexo varias veces”.
La pornografía es otra de las razones esgrimidas por los expertos para explicar el aumento injustificado de estos fármacos para la erección. Para la sexóloga Ribes “la pornografía presenta una versión de las relaciones sexuales que no coincide demasiado con la realidad, y puede generar expectativas imposibles en las personas más jóvenes que nunca han tenido sexo. La gente cree que la pornografía es algo que refleja una vida sexual normal y satisfactoria, cuando en realidad es publicidad para excitarse uno. Es como si yo quisiera volar porque he visto Guardianes de la Galaxia. Es para excitarse, pero no es una película de educación sexual como creen muchos jóvenes. Ese es el mayor problema de la pornografía y su influencia en la sociedad”.
El perfil de las relaciones sexuales ha cambiado y esto, de una manera u otra, también está detrás de las nuevas formas de consumo de este tipo de fármacos. Como explica Turó, “hay mujeres, hoy en día, que demandan un coito rápido sin preliminares y esto genera a algunos hombres de mediana edad una ansiedad anticipatoria de no cumplir las expectativas, por lo que recurren a estos productos, aunque tampoco tengan ningún tipo de problema sexual”.
Efectos secundarios
Si hay que hablar de las contraindicaciones de un uso excesivo de estos fármacos en los jóvenes los expertos apuntan a “dolor de cabeza, enrojecimiento facial y cierta dependencia psicológica”.
En general este tipo de productos están contraindicados en personas que sufren angina de pecho o han sufrido algún infarto. “Su mayor peligro es que los jóvenes compren productos adulterados o tóxicos, o fármacos cuyos principios activos sean menores y no tengan el respaldo de un laboratorio que esté avalado por un estudio científico”, concluye Turó